Los gallos de combate llegaron a América provenientes de Europa; los conquistadores españoles trajeron gallos del tipo bankivoyde; malayoide, entre otros. Los primeros gallos de combate se originaron hace más de cinco mil años, ascendientes de los que hoy conocemos como Asiles. Las primeras peleas de gallo se registraron en la India tres mil años antes de Cristo. Posiblemente las primeras aves que se pelearon por separado, fueron machos nacidos en cautiverio, tanto Malayos (Gallus giganteus) como Bankivas (subespecies de Gallus gallus). Para la selección y formación del „gallo de combate‟ intervinieron una serie de factores, los cuales se tejieron alrededor de la antigua Bélica de estas aves, de allí vendría el interés por crearlos, teniendo antes que capturarlo y trasladarlo desde su hábitat natural (los bosques) al cautiverio, cuando eran pollitos.