En este manual nos referiremos casi exclusivamente a la porcicultura intensiva que, además, es muy mayoritaria en Catalunya y comunidades limítrofes.
Hasta casi la mitad del siglo pasado, el engorde de cerdos se realizaba a muy pequeña escala y tenía interés especialmente en las zonas rurales y pueblos, en régimen de autoconsumo, y en menor medida en las ciudades. En estas condiciones los cerdos destetados (12-20 kg) eran adquiridos en ferias y mercados que se celebraban a finales de primavera o durante el verano y la alimentación era el factor decisivo para alcanzar el peso al sacrificio por encima de las 12 o 13 arrobas (1 arroba equivale a 11,5 kg) durante los meses del invierno. Los animales consumían productos vegetales: patatas, remolachas y restos de verduras convenientemente cocidas y aderezadas con salvado y en ocasiones con harina de cereales. El producto resultante era una canal muy engrasada con una grasa firme lista para ser conservada durante varios meses.