La necropsia es un procedimiento diagnóstico que debe realizar el veterinario de forma rutinaria en caso de muerte de los animales. Hay que llevarla a cabo en el menor intervalo de tiempo posible desde que ocurrió el deceso, con el fin de evitar la aparición de alteraciones cadavéricas, ya que en ocasiones es difícil diferenciar entre las lesiones que se producen en el desarrollo de algunas enfermedades y las variaciones que ocurren durante el proceso de autolisis.